QUE PENA, NO TRABAJO EL DIMANCHE.

IMG_1729IMG_1724  IMG_1736 IMG_1745 IMG_1743 IMG_1739 IMG_1738

Definitivamente ese tema de la slow food… entendida como un plato con ese sabor tan potente y profundo,  que tomó más de dos horas prepararlo y cocinarlo, es algo demasiado autóctono de esta cocina. La verdad es que mi conocimiento para crear comida de este tipo es muy limitado y a la hora de meterme a la cocina, disfruto encontrar platos con una preparación relativamente simple pero con un resultado y un sabor absurdamente delicioso. Less is more.

Sin embargo, el domingo pasado tuve la oportunidad de cocinar con un amigo cuyo         punto de vista en la cocina es completamente opuesto ya que lo suyo es preparar ese     estofado de carne que dura seis horas en el horno. Y QUE BUENO ES HACIÉNDOLO!

Esta particularidad se debe en mi opinión a dos factores: el primero es la genética. Definitivamente hay gente que nace con buena mano para la cocina, está es una ley que me parece indiscutible.

Por otro lado es nuestra tradición judía porque no hay nada más variado y sorprendente que contemplar esa herencia gastronómica de esas jewish mothers  completamente excitadas por ver a cualquiera comer de sus platos TAN DELICIOSOS y que va pasando de una generación a otra.

La idea de este man era cocinar un plato bién francés y al final salió  un cordero al horno con portobello en una salsa de reducción de vino tinto acompañado por ese puré de papa que en verdad WOW.

Una de las cosas más interesantes de la slow food específicamente de este plato son el número de procesos que pasa el cordero para agregarle una gran cantidad de sabores: primero se marina con trece especies, luego se sella y se agregan ocho, más tarde al horno con cinco nuevas y para servir, otras tres más. De aquí es de donde sale ese potente para describir el sabor de la slow food.


Este cordero no tiene absolutamente nada que envidiarle a ningún restaurante francés ni aquí en Colombia, ni tampoco el que está en pleno centro de Montmartre en París con vista al río Sena, pero lo que me dejó absolutamente sin palabras fue el puré hecho con una mezcla reducida de leche, crema de leche, nuéz moscada y laurel cubierto con pistachos. Desde su preparación tan meticulosa y llena de esos secretos de abuela, pasando por su presentación tan irresistible y terminando con su sabor, me parece muy complicado encontrar algo igual a esto.

Recomiendo el plan y hacerse amigo de este man también porque qué más después de haberme puesto esta delicia en mi mesa?

Semana final de entregas #bangbangbang

Montmartre: Barrio cuna de la Bohemia parisina del siglo XIX. Aquí esta el Moulin Rouge con Ewan Mcgregor, Nicole y todo…

Sobre la Slow food y en Colombia: http://www.eltiempo.com/entretenimiento/restaurantes/ARTICULO-WEB-NEW_NOTA_INTERIOR-12733638.html